Lo que hace que la ciencia triunfe por sobre otras ideologías en el mundo es su capacidad de anticipar. Decimos que hay una anticipación cuando lo que habíamos anunciado ocurre. No está demás explicarlo así: “ocurre empíricamente”. Nuestra predicción “resulta”. La idea es la siguiente: dijimos que iba a ocurrir tal cosa y eso que dijimos que iba a ocurrir “resultó”. La racionalidad científica se caracteriza históricamente por validar sus verdades a través de la eficacia empírica. Para esta racionalidad la práctica empírica actúa como criterio de verdad. Entonces entendemos que ha ocurrido algo con eficacia cuando hay un cambio en el mundo que es accesible a los sentidos. Algo que se ve, algo que se oye, algo que se toca, algo que se huele.
¿Puede haber una eficacia no empírica? La racionalidad moderna es la primera en la historia de la humanidad que no necesita postular una realidad transempírica desde la que lo empírico adquiera sentido. Todas las otras formas ideológicas postularon que era desde ese lugar transempírico que tenía sentido juzgar el éxito o fracaso de las técnicas y, por cierto, postularon que sólo un acercamiento transempírico, como el de la intuición, o la revelación, o la comunión mística, podía conocer el resultado real del intento técnico.
Toda sociedad humana ha operado técnicamente. No es la técnica lo que caracteriza a la modernidad. Toda sociedad humana ha sido eficaz. No es la eficacia lo que caracteriza a la sociedad moderna. La diferencia está en el carácter de la eficacia. La técnica moderna está limitada completamente al ámbito de lo empíricamente constatable, es una técnica naturalista e iluminista. Una técnica para la que, en principio, no hay misterios.
Si consideramos que esta forma de la eficacia actúa como criterio para distinguir la verdad encontraremos que la sociedad moderna es la primera en la historia humana que liga directamente las ideas de la naturaleza, eficacia y verdad. Sabemos lo que hay en la naturaleza en la medida en que nuestros conocimientos resultan empíricamente eficaces, pero, al revés, sólo consideramos eficaz aquello que puede ser descrito en términos de la naturaleza.
Soto, Carlos. (2008). Sobre un concepto histórico de ciencia. Santiago: LOM
CRÍTICA AL PROFETISMO JUDÍO DEL ANTIGUO TESTAMENTO: La relación entre la fe y la razón expuesta parabolicamente por Cristo al ciego de nacimiento (Juan IX, 39), nos enseña la utilidad del raciocinio para hacer juicio justo de nuestras creencias, a fin de disolver las falsas certezas de la fe que nos hacen ciegos a la verdad mediante el discernimiento de los textos bíblicos. Nos exige criticar el profetismo judío o revelación. Enmarcado la crítica de los textos bíblicos en el fenómeno de la trasformación humana, abordado por la doctrina y la teoría de la trascendencia humana conceptualizada por la sabiduría védica, instruida por Buda e ilustrada por Cristo; la cual concuerda con los planteamientos de la filosofía clásica y moderna, y las respuestas que la ciencia ha dado a los planteamientos trascendentales: (psicología, psicoterapia, logoterápia, desarrollo humano, etc.), y utilizando los principios universales del saber filosófico y espiritual como tabla rasa a fin de deslindar y hacer objetivo que “es o no” es del mundo del espíritu. Método o criterio que nos ayuda a discernir objetivamente la verdad o el error en los textos bíblicos analizando los diferentes aspectos y características que integran la triada preteológica: (la fenomenología, la explicación y la aplicación, del encuentro cercano escritos en los textos bíblicos). Vg: la conducta de los profetas mayores (Abraham y Moisés), no es la conducta de los místicos; la directriz del pensamiento de Abraham, es el deseo intenso de llegar a tener: una descendencia numerosísima y un país rico como el de Ur, deseo intenso y obsesivo que es opuesto al despego por las cosas materiales que orienta a los místicos; la respuestas del dios de Abraham a los deseos del patriarca, no tienen nada que ver con el mundo del espíritu. La directriz del pensamiento de Moisés es la existencia de Israel entre la naciones a fin de llegar a ser la principal de las naciones, es opuesta a la directriz de vida eterna o existencia después de la vida que orienta el pensamiento místico (Vg: la moradas celestiales abordadas por Cristo); el encuentro cercano descrito por Moisés en la zarza ardiente describe el fuego fatuo, el pie del rayo que pasa por el altar erigido por Moisés en el Monte Orbe, describe un fenómeno meteorológico, el pacto del Sinaí o mito fundacional de Israel como nación entre las naciones a fin de gobernar y unir los doce tribus en una sola nación y hacer de Israel la principal de las naciones por voluntad divina, descripciones que no corresponden al encuentro cercano expresado por Cristo al experimentar la común unión, la cual coincide con descrita por los místicos iluminados: “El Padre y Yo, somos una misma cosa”. Las leyes de la guerra dictadas por Moisés en el Deuteronomio y el despojo y exterminio de las doce tribus cananeas, hace objetivo que el profetismo judío esconde una ideología racista, criminal y genocida serial. Discernimiento que nos aporta las pruebas o elementos de juicio que nos dan la certeza que el profetismo judío o revelación bíblica es un mito perverso que nada tienen que ver con el mundo del espíritu. http://www.scribd.com/doc/33094675/BREVE-JUICIO-SUMARIO-AL-JUDEO-CRISTIANISMO-EN-DEFENSA-DEL-ESTADO-LA-IGLESIA-Y-LA-SOCIEDAD
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