Bienvenidos

Bienvenidos a mi blog, este es un espacio dedicado a publicar textos fundamentalmente epistemológicos, tratando ser una aproximación amable sobre un tema complejo en el que abundan las retoricas absurdamente crípitcas y barrocas para el entendimiento común de la población general.

martes, 22 de diciembre de 2009

La hacienda en Chile III

Hacendados

El patrón “era un señor feudal a la chilena. Si bien los empleados vivían pobremente, se preocupaba de que tuvieran comida, y leña. Si se enfermaba un trabajador, veía que tuviera atención y, si había escuela, que los niños fueran. Les llevaba misiones religiosas una vez al año”, dice el historiador Cristián Gazmuri.

Pero era un paternalismo extremo, pues no solo tenía el poder de la tierra y cerraba un círculo vicioso de pobreza siendo algunos prestamistas, sino que también habían quienes estaban facultados por ley a ejercer como jueces y aplicar castigos. En sus tierras estaban sobre el estado, opina Valdés, quien agrega que la apropiación del cuerpo de las inquilinas era parte de sus atributos.

Aunque los castigos físicos estaban prohibidos, algunos hacendados aplicaron apaleamientos y azotes ante una falla flagrante. También había expulsiones del fundo y como sanción se usó además, el cepo.

Entre 1910 y 1935 los asalariados urbanos crecieron en 26 veces, mientras que en el campo solo 3. El dinero era la mitad de su sueldo, el resto provenía de su chacra y del hacendado. Si en 1913, el jornal era de $1,50, el kilo de charqui costaba $0,87.

Un cronista infiltrado como obrero en el fundo del presidente Juan Luis Sanfuentes, en Talca, señalaba que: “Les pagan $1,30 al día y una galleta (pan grande) en la mañana, un plato de porotos al medio día, y otra galleta en la tarde. Por la noche los peones duermen en un montón de paja al lado de la trilladora, a la intemperie.”

El cronista Tancredo Pinochet describe: “Las casas tienen una exterior agradable, que está por encima del rancho tradicional, caricatura de la ruca araucana. Se compone de un dormitorio, donde duermen en promiscuidad toda la familia, y otra pieza que es una especie de bodega (…) Las piezas no están entabladas ni en el piso ni en el cielo; la murallas no están pintadas ni empapeladas, ni siquiera enlucidas. El dormitorio es oscuro, sin ventilación, de mal olor, la gente duerme en el suelo; los chiquillos semidesnudos, pululan como animalitos domésticos.”

Finalmente denuncia: “En vuestra hacienda se fomenta el vicio de la bebida; este vicio es una parte de su negocio. (…) Tenemos esclavitud en el campo chileno (…) Todas las medidas se han tomado para que no despierte la conciencia de esta bestia humana”

Referencias

Gracia Rodrigo, S. Velázques y C. Urzúa. (2008, Junio 29). Historiadores revelan la vida de hacendados e inquilinos en el campo a inicios del siglo XX. La Tercera, pp 18-19

Lira, R. H., Harambour Ross, A. y Reyes del Villar, S. (2007). Historia de Chile, proyecto Manual esencial Santillana. Santiago: Santillana

No hay comentarios:

Publicar un comentario