La gran gesta de Alejandro magno, cambió radicalmente el contexto político de la antigüedad Griega. Atenas, ciudad-estado (polis) relativamente independiente, quedó bajo la tutela imperial, esa transformación afectó tanto las formas de conocer como la valoración del conocimiento.
El hombre griego pasó de ser partícipe de una asamblea de ciudadanos iguales a ser súbdito de un inmenso imperio, lo que trajo aparejado un cambio en las metodologías y estilos de conocimiento.
El periodo de la cultura griega liderado por la polis ateniense es conocido con el nombre de “cultura helénica”. Con el triunfo de Alejandro Magno el centro cultural se desplazó hacia Alejandría y se inició el “periodo helenístico” que llegó aproximadamente hasta el siglo II d. C.
Alfred North Whitehead, matemático y filósofo inglés que investigó sobre los distintos estilos del conocimiento planteó que el filósofo ateniense cedió el paso al erudito y experto de la cultura helenística que tendía hacia la especialización, y al mismo tiempo, el ciudadano devenía en súbdito.
En relación a la preocupación por el conocimiento, esta época se caracterizó por el abandono de las preguntas más generales y por la expansión del escepticismo, forma filosófica formulada por Pirrón de Elis uno de los máximos exponentes de esta corriente.
Luego de varios siglos de elaboración de distintos sistemas cosmológicos que van desde los pitagóricos hasta Aristóteles, se hace cada vez más evidente la dificultad (sino la imposibilidad) de llegar a una verdad absoluta e inconmovible respecto a los fenómenos naturales. La falta de garantía del saber llevan a Pirrón llevan a desplazar el eje de atención de la cosmología al problema del conocimiento. El término “escepticismo” deriva de sképtomai: “miro alrededor”, “indago” y ésa es la propuesta de esta corriente: examinar las posibilidades y límites, las formas y el valor del conocimiento.
Las diferencias entre Aristóteles y Pirrón son enormes. El primero vivió durante el siglo de Pericles, y la época de oro de Grecia Antigua. Su concepción de la posibilidad de conocer abrió la puerta a la comprensión de las relaciones entre conocimiento y lenguaje. La vida en la polis, la participación en la Asamblea y el ejercicio de la ciudadanía hacían prácticamente imposible el surgimiento de un escepticismo como el de Pirrón, que lo llevó a retirarse de la sociedad. Este aislamiento es más fácil que se produzca en un súbdito imperial que elige una actitud individualista extrema que en un ciudadano cuya vida, y por lo tanto el conocimiento, solo tiene sentido en la relación con los otros.
El ámbito de la polis del debate pluralista, de la igualdad ciudadana, es particularmente adecuado para el desarrollo de un escepticismo débil y creativo. Bajo un régimen imperial, la producción de conocimiento ya no es incumbencia de todos los ciudadanos sino que se ha especializado, escolarizado y refugiado en la erudición haciéndose más proclive a la ortodoxia que a la creatividad.
Najmanovich, Denise (2008) Epistemología para principiantes. Buenos Aires: Era Naciente
El hombre griego pasó de ser partícipe de una asamblea de ciudadanos iguales a ser súbdito de un inmenso imperio, lo que trajo aparejado un cambio en las metodologías y estilos de conocimiento.
El periodo de la cultura griega liderado por la polis ateniense es conocido con el nombre de “cultura helénica”. Con el triunfo de Alejandro Magno el centro cultural se desplazó hacia Alejandría y se inició el “periodo helenístico” que llegó aproximadamente hasta el siglo II d. C.
Alfred North Whitehead, matemático y filósofo inglés que investigó sobre los distintos estilos del conocimiento planteó que el filósofo ateniense cedió el paso al erudito y experto de la cultura helenística que tendía hacia la especialización, y al mismo tiempo, el ciudadano devenía en súbdito.
En relación a la preocupación por el conocimiento, esta época se caracterizó por el abandono de las preguntas más generales y por la expansión del escepticismo, forma filosófica formulada por Pirrón de Elis uno de los máximos exponentes de esta corriente.
Luego de varios siglos de elaboración de distintos sistemas cosmológicos que van desde los pitagóricos hasta Aristóteles, se hace cada vez más evidente la dificultad (sino la imposibilidad) de llegar a una verdad absoluta e inconmovible respecto a los fenómenos naturales. La falta de garantía del saber llevan a Pirrón llevan a desplazar el eje de atención de la cosmología al problema del conocimiento. El término “escepticismo” deriva de sképtomai: “miro alrededor”, “indago” y ésa es la propuesta de esta corriente: examinar las posibilidades y límites, las formas y el valor del conocimiento.
Las diferencias entre Aristóteles y Pirrón son enormes. El primero vivió durante el siglo de Pericles, y la época de oro de Grecia Antigua. Su concepción de la posibilidad de conocer abrió la puerta a la comprensión de las relaciones entre conocimiento y lenguaje. La vida en la polis, la participación en la Asamblea y el ejercicio de la ciudadanía hacían prácticamente imposible el surgimiento de un escepticismo como el de Pirrón, que lo llevó a retirarse de la sociedad. Este aislamiento es más fácil que se produzca en un súbdito imperial que elige una actitud individualista extrema que en un ciudadano cuya vida, y por lo tanto el conocimiento, solo tiene sentido en la relación con los otros.
El ámbito de la polis del debate pluralista, de la igualdad ciudadana, es particularmente adecuado para el desarrollo de un escepticismo débil y creativo. Bajo un régimen imperial, la producción de conocimiento ya no es incumbencia de todos los ciudadanos sino que se ha especializado, escolarizado y refugiado en la erudición haciéndose más proclive a la ortodoxia que a la creatividad.
Najmanovich, Denise (2008) Epistemología para principiantes. Buenos Aires: Era Naciente
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