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Bienvenidos a mi blog, este es un espacio dedicado a publicar textos fundamentalmente epistemológicos, tratando ser una aproximación amable sobre un tema complejo en el que abundan las retoricas absurdamente crípitcas y barrocas para el entendimiento común de la población general.

lunes, 25 de enero de 2010

Escolástica y conocimiento

En la edad media la escolástica es el método de acceso al conocimiento científico, que años más tarde será muy criticado por inútil e ineficaz.

Una de las características del método escolástico es el criterio de la autoridad según el cual todo aquello dicho por una autoridad –la iglesia, la Biblia, Aristóteles –es verdadero por el mero hecho de haber sido afirmado por ellos.

La escolástica se caracteriza también por su verbalismo, término que denomina la utilización en las discusiones de palabras por las palabras mismas. En la obra El enfermo imaginario, de Moliere (1622-1673), se ilustra claramente una situación, cuando se describe el examen final de un estudiante de medicina en un ambiente universitario de la época:

"Si me autoriza el señor presidente, y tantos doctos doctores, a este muy sabio bachiller le preguntaré cual es la causa y la razón por la cual el opio hace dormir.
Este docto doctor me ha preguntado la causa y la razón por la cual el opio hace dormir. A lo cual respondo: porque en él está la virtud dormitiva, cuya naturaleza consiste en adormecer los sentidos."

Se puede observar como la respuesta del alumno no agrega información alguna a la pregunta. Sólo se han incorporado nuevas palabras, pero no se ha avanzado en el conocimiento.

Por último la escolástica recurriría al silogismo como recurso para el razonamiento. Un silogismo es un conjunto de tres proposiciones o juicios de las cuales las dos primeras se denominan “premisas”, resultado de ellas una “conclusión”: Por ejemplo:

Premisa mayor: Todos los hombres son mortales
Premisa menor: Sócrates es hombre
Conclusión : Por lo tanto sócrates es mortal


Pero ocurre que el silogismo, si bien es una buena forma de presentar los conocimientos, no posibilita incorporar información nueva. Lo que se concluye ya está implícito en las premisas. Y lo peor es que, si se parte de una premisa mayor falsa, el silogismo igual es válido. Por ejemplo:

Premisa mayor: Todos los hombres son negros
Premisa menor: Sócrates es hombre
Conclusión : Por lo tanto Sócrates es negro


Bur, Ricardo. (2007) Psicología para principiantes. Buenos Aires: Era naciente

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